IVAN IGEA, DIRECTOR DEPORTIVO DE NUESTRO CLUB, NOS DEDICA UN GRAN ARTÍCULO EN LA PÁGINA WEB DE CERO LÍMITES Y QUE A CONTINUACIÓN REPRODUCIMOS.
“Un Guerrero de la luz nunca olvida la gratitud (…) Por eso cuando el sol se pone, se arrodilla y agradece el Manto Protector que le rodea. Su gratitud, no obstante, no se limita al mundo espiritual; él jamás olvida a sus amigos, porque la sangre de ellos se mezcló con la suya en el campo de batalla” Paulo Coelho “Manual del Guerrero de la Luz”
Se suele decir en el entorno deportivo que el fútbol es una religión. Yo, poco dado a los dogmatismos, prefiero decir que el fútbol es profundamente espiritual. Una cosa es la religión y otra la espiritualidad. Puedes no profesar ninguna religión y ser tremendamente espiritual, ya que esta es un conjunto de principios y actitudes. Concretamente el diccionario de la RAE en su segunda acepción define la espiritualidad: “Dicho de una persona: Muy sensible y poco interesada por lo material”
Asi es el sentimiento de pertenencia a un Club. El deporte, actualmente pervertido e instrumentalizado en su versión profesionalizada y mediatizada por los poderes económicos, tiene su raíz en el intenso sentimiento de pertenencia a un grupo. Como ya he dicho en alguna ocasión, el deporte es un conflicto inventado, cuidadosamente reglado y dotado de una profunda carga ética y moral.
Vinculado con mi último artículo en el blog de energiacerolimites.com “Lealtad: así son las cosas por allí”, dedicado especialmente a las jugadoras y colaboradores/as que han pasado por VP Soto del Real FSF durante mis seis temporadas ligado a este Club, uno de los principios éticos mas importantes que despierta el deporte es la lealtad. Y la lealtad que se despierta, para que no se adormezca, hay que mantenerla viva.
Hay muchas circustancias que pueden poner la lealtad a prueba, al igual que en cualquier tipo de relación personal, sentimental o laboral. La rutina, la falta de objetivos comunes, la necesidad o deseo de ser reconquistado/a, nos llevan a poner nuestra mente en proyectos o relaciónes que nos puedan ofrecer un aliciente nuevo. Porque como me decía un gran maestro que tuve en Radio Villalba: “Muchas personas ceden a ese tipo de tentaciones porque es mas fácil tapar un hueco que construir algo”.
En ese aspecto siempre he valorado la lealtad como el valor supremo al que debes aspirar. Tan básico y fácil de aprender que yo lo aprendí cuando apenas tenía uso de razón gracias al deporte (la herramienta educativa a la que siempre hago alusión), cuando el equipo al que siempre animaba perdió un partido y dije “ya no soy de este equipo, son muy malos, han perdido” y mi padre me explico “uno es de un equipo cuando gana y cuando pierde. Sobre todo cuando pierde, porque necesita que le animes para volver a ganar”.
Ese razonamiento tan básico y sencillo que hasta un niño de tres años lo entiende, es el que despierta una cadena de sensaciones que te lleva a deducir “si mi equipo necesita de mi ánimo para volver a ganar… yo soy importante para mi equipo aunque solo sea desde la grada”. Y desde ese preciso instante comienzas a SENTIR LOS COLORES. Mas aún cuando tu equipo nuevamente gana y los jugadores enloquecidos lo celebran con la afición… se besan el escudo… y terminado el partido aplauden en el centro del campo como diciendo “GRACIAS, sin vosotr@s hubiera sido imposible”
Cuando uno ha sido un niño que ha sentido los colores, y tiene ahora la oportunidad de representar a un Club como VP Soto del Real FSF, agradece enormemente estar rodeado de jugadoras y colaboradore/as que sienten los colores, que tienen el CORAZÓN AZUL de Soto y que están como locas por empezar una temporada nueva en Nacional, con el deseo de luchar y ganar rodeados de nuestra gente, para que al final de cada partido, y al terminar la LIGA (ójala habiendo cumplido nuestro objetivo) podamos aplaudir en el medio del pabellón de Soto y decir “GRACIAS, sin vosotr@s hubiera sido imposible”.
Iván Igea Durán
Director Deportivo VP Soto del Real FSF